...Víctor,
sin la máscara puesta, observaba todo desde el cuarto de controles. Después, se
mostraba pensativo y decepcionado.
—Crees
que fallaste, ¿Cierto?—dijo Marián provocando que Víctor la mirara molesto.
—¿Viniste
a burlarte?
—Claro
que no. Vine a hacerte reaccionar.
—¿Hacerme
reaccionar? ¿Acaso es malo querer proteger a mi Ciudad y encontrar a los malos?
—Ese
es el problema. Quieres detenerlos a todos y salvarlos a todos de un solo
golpe. Por eso fallas.
—Entonces
¿No soy el indicado para este trabajo?
—Yo
no dije eso. Pero… necesitas ayuda, además de una excelente planeación
estratégica. Sólo así el resultado será que la gente esté a salvo y todos los villanos sean capturados
o destruidos.
Víctor
miró reflexivo a Marián.
—Y
por todos me refiero también al Sujeto Encapuchado causante de todo esto.
Mira—Marián le dio una pequeña caja metálica a Víctor—Los albañiles robots la
encontraron bajo los escombros de uno de los cuartos de tu antigua casa.
Víctor
abrió la caja encontrando una carta escrita en papel y un microchip.
—Es
una especie de cápsula del tiempo. La persona que escribió esa carta debió
conocer al Encapuchado, y lo más sorprendente es que… el mensaje está dirigido
a ti, Víctor Romero/Guitarra Poderosa.
Víctor
leyó rápidamente la carta y tuvo una idea...
XX
En el
Cuarto de Controles de la Procuraduría; Víctor y Esaú, sin las máscaras
puestas, Robert, Enrique y el Procurador, observaban, por medio de las
pantallas que Daniel, Luis Carlos, Marisol, Zavala, Marco y Diana eran puestos
en sus celdas.
—Sólo
seis fueron capturados—comentó molesto Robert.
—¿Disculpa?—reaccionó
ofendido Esaú—Te Recuerdo que capturamos al Sujeto Encapuchado.
—Sí,
pero aún hay tres criminales sueltos—intervino el Procurador—Sin contar que el
Hombre de Piedra escapó, Katherine Ritz aún no ha sido rescatada y el Dr. Cool
ya tiene lo que quiere.
—Eso
nos da ventaja—aseguró Esaú—El Dr. Cool no espera que lo capturemos en su
propio escondite.
—En
eso tienes razón—intervino Robert mostrándoles el rastro de La Rana en su virtualtabletover1—El
Dispositivo láser que injertamos en La Rana nos está mostrando su ubicación
actual; el Bosque de Cempoala.
—Pues
¿Qué estamos esperando?—dijo Víctor—Vamos por ellos.
—Me
encantaría apoyar tu propuesta, hermano, pero los inventos que supuestamente
crearemos, pero que ya están aquí, han comenzado a fallar y… aunque me duela
decirlo, ni Robert ni yo sabemos cómo repararlos.
—Pero
supuestamente Ustedes los inventaron—expresó el Procurador—Deberían saber cómo
repararlos.
—Es
parte de la alteración al espacio-tiempo—respondió Enrique—El futuro invento
apareció en el pasado, pero sus creadores aún no tenemos el conocimiento
necesario ni siquiera para diseñarlos.
—Supongo
que los inventos comenzaron a fallar cuando el Encapuchado apareció en la
inauguración—dijo Víctor.
—Así
fue—intervino el Dr. Silva, quien llegó proyectando en las pantallas imágenes
del interior de la celda donde pusieron al Encapuchado—Analicé su rostro y
huellas dactilares en nuestra base de datos y encontré que nuestro viajero en
el tiempo responde al nombre de Ernst Pekovic, nacido en San Petersburgo,
Rusia, en 1901.
—¿1901?—cuestionó
Esaú—Pero por qué no luce tan…
—¿Viejo?—respondió
el Dr. Silva proyectando nuevas imágenes en las pantallas—Muy simple, nuestro
prisionero tuvo contacto con los grandes científicos de su época, llegando a
desarrollar demasiados dispositivos e inventos con la intención de romper la
barrera espacio-tiempo. Y al parecer lo consiguió en 1990, cuando era asesor de
tesis de dos jóvenes prodigios de la Universidad de Moscú.
—Tenemos
encerrado al creador de la Primera Máquina del Tiempo de la historia
humana—expresó Robert.
Víctor
caminó hacia el área de celdas comenzando a colocarse de nuevo la máscara y el
sombrero.
—¿A
dónde vas?—preguntó demandantemente el Dr. Silva.
—A
interrogar a nuestro viajero—respondió Guitarra Poderosa—Si él hizo fallar
nuestros inventos, seguramente sabrá cómo hacerlos funcionar de nuevo.
Pekovic
miraba pensativo la pared de su celda, las puertas de ésta se abrieron y
Guitarra Poderosa entró.
—Hola…
Guitarra Poderosa.
El
héroe sólo miró fijamente a Pekovic.
—O
eres muy buen actor o en verdad no te sorprende que sepa quién eres… Víctor
Romero.
Guitarra
sintió preocupación, pero no la demostró.
—¿Qué
se supone que haga ahora? ¿Quitarme la máscara para que veas mi rostro?
—Conozco
tu rostro. Eres muy parecido a todos ellos.
—¿Ellos?
—Sadrac
Sorec, Henry O´Neal, Vigo Bacon, Ben Smart, Hugh O´Realli, Eduardo Zavala,
Isaac Kendon. La lista de personas, que como tú, juegan el héroe, es larga.
—Al
menos ya sabes que a cualquier época a la que vayas, siempre habrá uno como yo
que detenga a uno como tú.
Pekovic
río burlonamente...
...En la
Nueva Zona Habitacional; en la Nueva Casa Romero, Rosy, la Abuela Emma, Raquel,
Enrique y Esaú atendían a los invitados, quienes se divertían bailando,
platicando y disfrutando de ricas botanas.
Víctor
y Marián bailaban tranquilamente.
—¿Crees
que debas confiar en un mensaje de alguien a quien nunca conociste?
—Él
viajó por el tiempo, Marián. Ya derrotó a Pekovic de esa forma.
—¿Qué
haces aquí?—expresó sorprendido Esaú.
Víctor
y Marián voltearon y vieron a Katherine hablar con Esaú. Ambos se acercaron a
ver qué sucedía.
—Katherine
Ritz—dijo Marián—No imaginé verte aquí.
—Ya
estoy mejor luego del desmayo que sufrí por la pérdida de sangre—Katherine
mostró el pequeño parche en su brazo—Es sólo que quería disculparme con todos
ustedes por la actitud que tomé queriendo encarcelar a Esaú. Y bueno… también
estoy agradecida con Guitarra Poderosa y el Chicobate por haberme rescatado.
—¿En
serio?—preguntó Esaú— ¿Qué tan agradecida estás?
—Video
llamada de Robert. Video llamada de Robert—dijo el computel de Víctor.
—Disculpen—Víctor
se alejó de Marián y respondió su computel— ¿Qué sucede, Robert?
—Prepárate.
Está hecho.