Ghania asintió y fue corriendo por su laptop. Maryeth, por su parte, se acercó a Sin Poderes que terminaba de coser la herida de Jonás, quien se había quedado dormido por el dolor.
—¿Eres médico?
Sin Poderes no respondió.
—¿Enfermero? ¿Carnicero?
—Tendremos que darle antibiótico para prevenir una infección.
—No hay problema. Hay una farmacia muy cerca de aquí.
—No es prudente que alguno de nosotros salga en las próximas horas—Sin Poderes volteó y vio a Ghania y Maryeth estar vestidas ya con ropa casual— Sin importar que algunos ya no estén usando disfraz.
—Respecto a eso, sería bueno tenerte como aliado—comentó Maryeth.
—No estoy buscando un lado al cual elegir.
—Estás en la lucha contra el crimen y nosotros tres también… Estamos del mismo lado.
—Yo sólo tengo un objetivo: Detener al grupo de poder llamado Potencia Mundial. Ellos son los causantes de la pobreza del país. Y ahora, lo elevarán a la riqueza a un costo muy alto para la población.
—¿Cómo sabes todo eso?—cuestionó Maryeth.
—Perdonen la interrupción—dijo Ghania— acercando la computadora a Maryeth y Sin Poderes—Pero aquí hay una noticia que podría interesarles.
Ghania mostró la primera plana de un periódico de circulación nacional que tenía una foto del sujeto con el que hablaba Mganga y un encabezado con el siguiente mensaje: “EL ÚLTIMO INVITADO A LA FIESTA”
—El Científico hidalguense Alan Félix fue el último de los talentos mexicanos invitados a desayunar con el Presidente Rodríguez mañana en la Residencia Oficial Los Pinos…—leyó Ghania en voz alta mirando preocupada a su hermana y a Sin Poderes.
—¿Quiere detener a Potencia Mundial, Sr. Sin Poderes? Pues ya sabe quién será su próximo blanco...