En el año 2030, ya la geografía mundial
ha cambiado bastante. Países como Estados Unidos, Brasil, China y hasta la
misma unión Europea han desaparecido víctimas de las constantes guerras en
contra de los países africanos. Países que no toleraron el seguir siendo el
basurero de los demás y se decidieron a pelear, logrando vencer a las grandes
potencias, algo que se creía imposible.
La potencia mundial ahora se llama
México, un país que desgraciadamente no estaba preparado para ser potencia así
que adoptó el modelo que le dejó su antecesor y vecino del norte, Estados
Unidos de América. En la mayoría del país se habla inglés como segunda lengua, los jóvenes se
comportan como lo hacían los chicos estadounidenses y la industrialización del
país promovió empleos, pero también, liberó al criminal que muchos llevaban
dentro. Las calles son inseguras a toda hora, los robos, secuestros,
violaciones, riñas callejeras y tráficos de drogas con tan naturales como eran
en Estados Unidos hacia el 2017.
Como potencia mundial, México
participa en todas las guerras, las cuales le dan grandes beneficios en cuanto
a territorios, minerales, y nuevos elementos, en especial uno llamado CAREL que sólo se da en
México y África. También, el país busca obtener los recursos para fomentar el “espíritu científico” de la nación.
Espíritu que es destinado para la guerra y la destrucción, pues el país
desarrolló la tecnología turbo, láser y la tele transportación, lo que le da
una gran ventaja a México sobre sus enemigos en la guerra.
Ahora, todo el mundo quiere vivir
en México, pero como buen anfitrión, México rechaza a todos los inmigrantes,
teniendo patrullas fronterizas las cuales literalmente bombardean a todo aquel
que quiere ingresar al país más poderoso de la tierra, con la ayuda de balas
paralizantes, objetos que al hacer contacto con el cuerpo de una persona,
emiten descargas eléctricas que duermen completamente el cuerpo humano. Además
de que la patrulla fronteriza utiliza balas que no sólo destruyen los vehículos
de los inmigrantes sino que 30 segundos después, explotan para asegurarse de
que ningún inmigrante llegue al país.
“Pobrecito México, tan lejos de
Dios, y ahora es Estados Unidos”
Poco después de regir al mundo,
México recibió el ataque de los países Africanos, quienes inteligentemente
utilizaron a los rehenes estadounidenses dándoles la oportunidad de vengarse de
su rival odiado, lo que trajo la destrucción de moles de hogares, escuelas,
iglesias y construcciones históricas y lo peor, la muerte de muchos mexicanos.
No conformes con atacar, los soldados estadounidenses se asentaron en México,
trayendo el terror y el crimen a las ciudades, consiguiendo que la gente buena
se escondiera y viviera en refugios militares dejándoles el campo libre a los
criminales.
En la nueva capital del país,
Cuernavaca (Debido a que el Distrito Federal, Jalisco y Nuevo León fueron
destruidos) el General Bryan, un chico nacido en México pero que tuvo que
realizar su servicio militar en Estados Unidos, dirige todo el crimen en la
ciudad. Con mucho odio, miedo y coraje hacia los mexicanos, Bryan les “regala”
a las personas, que según a su criterio de éste tienen aptitudes criminales,
una droga llamada “JGB” la cual una vez que es ingerida desarrolla ciertas
áreas del cerebro de manera tal que convierte a criminales comunes y corrientes
en monstruos casi indestructibles. Sin embargo, un chico llamado Víctor Romero,
quien sobrevivió a un ataque militar decidió utilizar su talento científico y
toda la tecnología a su alcance del país más poderoso del mundo para mandar a
cualquier criminal a la cárcel, sin importar quien sea (Pues su primo Jimy se
convirtió en el General Bryan) y demostrarle a la gente buena que no debe
esconderse, sino salir para hacer de su país un lugar mejor.
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