Les recordamos que este Diciembre finalizará la Saga "La Biblioteca Secreta" con la novela "La Reina Bruja".
Y también les recordamos que antes que se autopublicara la primera novela, Vane Sirena apoyó a VH 23 maquillándolo como Gideon Ventimiglia para la portada del libro.
Dichos maquillajes están inspirados en algunos sucesos trágicos que le suceden a Gideon cuando inicia la historia...
Gideon se arrojó hacia atrás para no ser impactado, pero cayó sobre otro auto mientras observaba atónito cómo la camioneta arrojaba los restos de su único medio de transporte, hasta ese momento, contra la pared.
Gideon trató de levantarse sintiendo un dolor en el brazo a la altura del bícep. Eran vidrios del espejo del auto en el que cayó Gideon, los cuales se le habían incrustado en el brazo. Aún así, logró levantarse, para luego observar que dos tipos con aspecto de Agentes Federales bajaron de la camioneta y se dirigían hacia él.
Gideon corrió como pudo hacia el elevador del estacionamiento, pero el Tipo que lo atacó en el hospital apareció, en el elevador del estacionamiento, luego que las puertas se abrieran, y el Tipo conectó su puño contra la nariz de Gideon, desviándole el tabique, Gideon cayó noqueado al piso mas no quedó inconsciente.
Gideon observaba que los dos Tipos de la camioneta se acercaban a él, mientras todo a su alrededor le daba vueltas. Gideon sentía cómo los Agentes le quitaban su celular, su billetera, la ampolleta que Aleksie se había inyectado y cosas muy personales, así como la mochila donde viajaba el sobre que Nancy le había dado.
Todo daba vueltas y la luz se apagó poco a poco hasta quedar en completa oscuridad...
Al salir a la terraza, Gideon cerró completamente el cancel, pues creyó que Sam y él hablarían en un tono de voz más fuerte al que la mayoría de la gente está acostumbrada.
Gideon caminó hacia Sam, quien miraba nostálgico la fogata.
— ¿Cuál es el inconveniente, Sam?
Sam miró nostálgico a Gideon, tragó saliva y luego habló:
—Ya no quiero seguir con todo esto.
Gideon quiso hablar, pero Sam lo interrumpió.
—Y quiero que tú, Das y la tía Kekeyi detengan ese absurdo plan de descifrar el contenido de esas tres páginas. En pocas palabras, quiero que nos rindamos y esperemos a que los jesuitas nos encuentren y así acabar de una vez por todas con todo esto.
Gideon no sabía qué decir. Estaba anonadado por la petición de Sam.
—Sam. Sam, Sam, mira a tu alrededor. Nunca habíamos tenido tanta ventaja como en este momento...
— ¡¿Ventaja?! ¡Mira a tu alrededor, Gideon! ¡Mira a la tía Kekeyi! ¡Sólo DIOS sabe si volverá a mover el brazo! ¡Mira a Das! ¡Tiene fracturada la nariz! ¡Mírate tú mismo, estás todo golpeado! ¡Destruyeron tu auto! ¡El único que has tenido en toda tu vida y el que compraste con tanto trabajo y sacrificio! ¡Mira tu rostro! ¡Mira el mío! ¡No hemos comido bien, ni tampoco hemos dormido bien! ¡Sólo DIOS sabe qué le están haciendo ahora mismo a nuestra casa! ¡El único patrimonio que nuestros padres nos dejaron! ¡Ya no quiero más problemas! ¡Nos han apuntado con armas de fuego en más de una ocasión y otras más nuestras vidas han estado en peligro! ¿Crees que es justo, Gideon?
— ¿Y tú crees justo que la verdad sea disfrazada o considerada como un cuento de hadas, cuando el cuento de hadas lo inventaron las mismas personas que nos persiguen?
—No, pero... ya no quiero sufrir más.
Gideon caminó hacia Sam, quien miraba nostálgico la fogata.
— ¿Cuál es el inconveniente, Sam?
Sam miró nostálgico a Gideon, tragó saliva y luego habló:
—Ya no quiero seguir con todo esto.
Gideon quiso hablar, pero Sam lo interrumpió.
—Y quiero que tú, Das y la tía Kekeyi detengan ese absurdo plan de descifrar el contenido de esas tres páginas. En pocas palabras, quiero que nos rindamos y esperemos a que los jesuitas nos encuentren y así acabar de una vez por todas con todo esto.
Gideon no sabía qué decir. Estaba anonadado por la petición de Sam.
—Sam. Sam, Sam, mira a tu alrededor. Nunca habíamos tenido tanta ventaja como en este momento...
— ¡¿Ventaja?! ¡Mira a tu alrededor, Gideon! ¡Mira a la tía Kekeyi! ¡Sólo DIOS sabe si volverá a mover el brazo! ¡Mira a Das! ¡Tiene fracturada la nariz! ¡Mírate tú mismo, estás todo golpeado! ¡Destruyeron tu auto! ¡El único que has tenido en toda tu vida y el que compraste con tanto trabajo y sacrificio! ¡Mira tu rostro! ¡Mira el mío! ¡No hemos comido bien, ni tampoco hemos dormido bien! ¡Sólo DIOS sabe qué le están haciendo ahora mismo a nuestra casa! ¡El único patrimonio que nuestros padres nos dejaron! ¡Ya no quiero más problemas! ¡Nos han apuntado con armas de fuego en más de una ocasión y otras más nuestras vidas han estado en peligro! ¿Crees que es justo, Gideon?
— ¿Y tú crees justo que la verdad sea disfrazada o considerada como un cuento de hadas, cuando el cuento de hadas lo inventaron las mismas personas que nos persiguen?
—No, pero... ya no quiero sufrir más.
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